Nadie se preocupa más por tus hijos que TÚ. Punto.

Eres una mamá. O un papá. Talvez eres las dos. El punto es que te preocupas.

Te preocupas por su salud. Te preocupas por su felicidad. Te preocupas por darles las mejores oportunidades hoy para que tengan un futuro maravilloso mañana. Te preocupas de sus estudios. De sus profesores. De sus amigos y de sus enemigos.

Te preocupa lo fácil que se interesa en videojuegos, apps y videos (que absorben su atención total) y lo difícil que es captar su interés por 30 minutos para que haga su tarea. Te preocupan sus calificaciones—si son malas, te preocupan mucho y si son buenas te preocupa que las pueda mantener.

Ser madre o ser padre es maravilloso—pero a veces no es tan divertido. No es fácil. Y siempre, siempre, siempre nos preocupamos.

Constantemente nos preguntamos, “¿Qué puedo hacer para darle un mejor futuro a mis hijos? ¿Qué puedo hacer para que sea más feliz y tenga mayores probabilidades de éxito? ¿Qué puedo hacer para ayudarle todavía más, por más difícil que parezca?”

Es increíble y admirable la tenacidad de unos buenos padres. Harían lo que sea para ver a sus hijos sonreír. Darían lo que sea para garantizarles un futuro hermoso, exitoso y feliz. Yo tengo mucha admiración por padres y madres así. No hay montaña muy alta, no hay reto muy grande, no hay nada que detenga a una madre (o padre) que ama a sus hijos de darles siempre lo mejor.

Y justo por eso estoy escribiendo este artículo. Porque me gustaría ayudarte a hacer ese trabajo un poquito más fácil. Me gustaría quitar de tu mente una de esas enormes preocupaciones: la educación de tus hijos.

Seamos honestos. La educación de hoy en día es un problema. Con la televisión, la radio, Facebook, YouTube, Twitter, Instagram y una lluvia infinita de aplicaciones y juegos bombardeando a nuestros hijos, es casi imposible pedirles que le pongan atención a sus estudios.

Los invito a pasar a cualquier salón de clases. ¿Qué van a encontrar? La mayoría de los estudiantes están aburridos, distraídos o tienen sueño. Muchos no ponen atención. Están buscando todas las posibles maneras de evadir lo que deberían de estar estudiando.

En algún momento, yo también pasé por eso. Y seamos bien honestos, en algún momento, tú también.

En más de 10 años que llevo dando conferencias educativas, he hablado con decenas de miles de personas. A todas ellas les he hecho las mismas preguntas y siempre he obtenido las mismas respuestas. Algunos son más honestos, otros menos. Algunos son más penosos, otros menos. Pero ya que no te conozco y estás leyendo esto por ti mismo, te invito a reflexionar.

  • ¿Alguna vez te aburriste mientras tratabas de estudiar algo? ¿O te dio sueño mientras leías?
  • ¿Alguna vez tuviste un profesor que solo hablaba y hablaba y hablaba, al punto que ya no querías escuchar ni una palabra más?
  • ¿Alguna vez te ha pasado que llegas al final de una página solo para darte cuenta que no tienes idea de qué es lo que acabas de leer? ¿Alguna vez has estado distraído, confundido o desmotivado al estudiar?

Bueno, si alguna vez has pasado por algo así entonces sabes lo que es toparse con una barrera del aprendizaje a la hora de estudiar.

Nosotros les llamamos barreras del estudio porque son cosas que bloquean, detienen o dificultan nuestra comprensión y nuestro aprendizaje.

Esto es lo importante:

TODOS NOS HEMOS TOPADO CON BARRERAS DEL ESTUDIO.

Tú, yo y todos los demás hemos tenido barreras del estudio. A veces todavía las tenemos.

En todos los años que llevo trabajando en el campo de la educación, en más de 14 países donde he dado cursos y conferencias, nunca he encontrado a una persona que no se haya topado con algunas barreras a la hora de tratar de aprender o estudiar.

Sí me he topado con personas tan arrogantes que PRETENDEN que no se han topado con barreras jamás. Sí me he topado con personas que tienen una actitud de que “ya saben todo” y que dañaría mucho su ego admitir que han tenido barreras del estudio alguna vez. También con personas dispuestas a poner la responsabilidad en todo menos en uno mismo (“la culpa es del maestro”, “es hiperactivo”, “el sistema no funciona”, etc. etc.) Sí, me he topado con muchas personas así.

Pero por fortuna es una de cada cien. Los otros 99 dicen la verdad y están buscando crecer como seres humanos. Yo decido enfocarme en los 99.

Así que sigamos con la verdad: todos, en algún momento u otro nos hemos distraído, nos hemos cansado, hemos tenido problemas para poner atención o nos hemos confundido a la hora de estudiar. Todos hemos tenido algunos de los problemas descritos en este artículo y nos hemos topado con barreras en el aprendizaje.

Y si nos pasa a nosotros, ¿cuántas veces crees que le pase a tus hijos?

Se topan con estas barreras todos los días. De hecho, muchas veces al día.

Pero no tiene que ser así.

Si puedes reconocer la CAUSA del problema, puedes abrir la puerta a la solución.

Y la solución es muy sencilla.

Imagínate…

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¿Qué pasaría si pudieras eliminar las barreras de la educación de tus hijos?

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¿Qué pasaría si pudieras detectar y resolver el aburrimiento, la falta de atención, el cansancio y las otras actitudes negativas de tus hijos?

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¿Qué pasaría si pudieras eliminar las dificultades, el sufrimiento y el estrés a la hora de estudiar?

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¿Qué pasaría si pudieras hacer que el estudio y el aprendizaje fuera más fácil y más placentero?

Así que el mensaje final de este artículo es una invitación. Nada más.

Es una invitación a darnos 5 minutos más de tu tiempo para que veas por ti mismo.

Es una invitación a participar en este Análisis del Potencial Educativo de tu Hijo (gratis) y a cuestionarte si puedes aprender un poco más acerca de las barreras que existen en el aprendizaje y en el estudio.

No quiero que me creas.

Quiero que tú puedas ver con tus propios ojos y lo puedas medir por ti mismo.

Mi única meta es ayudarte a mejorar la calidad de la educación de tus hijos, y quitar esas preocupaciones de tu mente.

Para ese fin tenemos este servicio gratuito que te ayudará a detectar y medir la probabilidad de éxito que tienen tus hijos como estudiantes. Al mismo tiempo, harás una auto-evaluación para medir TU habilidad para ayudarles a tus hijos en sus estudios y en su educación.

La prueba toma de 5 a 10 minutos. Y es extremadamente sencilla.

Solamente quiero que puedas ver por ti mismo que SÏ PUEDES DARLE UNA MEJOR EDUCACIÓN A TUS HIJOS. Pero lo que no puedes medir no lo puedes mejorar. Para eso es la prueba, para que tú evalúes por ti mismo y veas en qué áreas están bien y en qué áreas tienen oportunidad de mejorar y crecer.

No quiero tu dinero. Ese no es mi objetivo. Mi sueño es cambiar al mundo a través de la educación.

Pienso que si el mundo va a cambiar algún día, será a través de la educación.

Pienso que si tenemos hijos o hijas que están aburridos, distraídos, cansados o desmotivados al estudiar, vamos a seguir teniendo problemas educativos y problemas sociales.

Pero si podemos cambiar eso, si podemos eliminar las barreras del aprendizaje, si podemos incrementar la motivación y la autoestima de nuestros hijos—entonces sí estaremos dándoles las mejores oportunidades y el mejor futuro.

Aquí está tu invitación.

Espero que seas uno de esas mamás o esos papás que moverían montañas para mejorar la vida de tus hijos.

Espero que tengas una pequeña chispa de curiosidad para investigar cuáles son estas barreras y cómo se pueden solucionar.

¿Qué hubiera sido tu propia educación si hubiera sido más fácil?

Hoy le puedes dar a tus hijos la oportunidad que tu no tuviste.

Decidas lo que decidas te deseo la mejor de la suerte.

Gracias por todo lo que haces por tus hijos. Nadie te agradece suficiente.

¡Muchas gracias!